RÉQUIEM PARA UN POETA
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
&&&&&&&&&&&&&&&&
A Manuel Scorza,
#######################
######################
############
siempre, en cualquier icho.
Edgardo de Habich
&&&&&&&&&&&&&&&
&&&&&&&&&&&&&&
Evoco los ojos ciegos de tu padre indio, /
la sellada boca de tu madre andina, /
y te recuerdo viendo y hablando por ambos, /
como lo que fuiste, /
como un coraquenque, /
cual un torbellino… /
Pero ya eres tierra. /
Te has hecho piedra y ausencia. /
Tu risa ya no alumbra los minutos yertos. /
Graban tus manos ceros en el viento. /
Y conversas con nadas que no entiendo. /
Te cubres de incógnitas. /
Te vistes secretos. /
Enciendes candelas dentro del misterio… /
O quizá sigues inventando sueños, /
surcas horizontes de cóndores ígneos /
o estepas eternas de alpacas de hielo… /
¡Y acaso mi voz es de necio /
y duermes y duermes y duermes; /
no opaca tu vaho al espejo, /
es blanca tu sombra, nieve tu mirada, /
tu voz se ha vuelto para siempre un eco /
y yo el amigo que oye tu silencio! /
Manuel enraizado al icho, /
hontanar de las vertientes, /
hondonada herida por las nubes /
que se baña en glaciares y océanos; /
Scorza mineral, de altura y lodo, /
fabriles vicuñas y guanacos en calma, /
guijarro rodado hasta la sima del alma /
para cincelar poemas en las cumbres, /
veneciano Scorza de gemas y dagas, /
góndolas lunares, /
sorprendidos nenúfares y desnudez de damas /
que truecas por un rayo /
o el verso que labra tu mano. /
Triple ser, múltiple engaño, /
imposible de descifrar en simple humano, /
por tu mezcla del Urubamba con el Sena, /
del caviar con el resto del mendrugo, /
de Versalles con la choza de la puna, /
del champagne con la chicha fermentada, /
de la escuelita rural con La Sorbona, /
del diadema imperial e Intihuatana. /
Tu rastro sobrenada las vigilias del Tiempo. /
Ya eres parte de la Historia. /
Tus pupilas de Nictálope desvelan las auroras. /
Tuya es la medianoche de infinitos desvelos /
cuando en la angustia percuten los redobles por Rancas /
y el ulular de los pututos sagrados/
hace realidad las profecías de Úrsula, /
que yergue Garabombos en tu tumba, /
derriba insaciables alambradas, /
vuelve escombros los cercos centenarios /
y estremece los ijares del corcel de fuego /
que enciende el alba del jinete insomne. /
¡Callad aves de paso, /
plegad las alas y sumaos al réquiem del poeta: /
se ha ido aquel que bordó de risas la tragedia /
y amalgamó la cima con la sima, /
el cielo y el averno, /
el pozo con la cúspide, /
Escorza del Perú y cascajo con Scorza de viento y fantasía! /
Se ha ocultado el que clavó su Manuel en dos andamios, /
en un farol guiñando sin remedio /
y en una estrella demente por designio propio. /
Se fue entre truenos y fulgores dejando un huella indeleble, /
una pequeña llama que buriló su nombre /
hasta convertirlo en esta copa de nostalgia y pena, /
en este día de tinieblas /
donde tijeras mohosas cercenan su sonrisa /
y olvidan ser bálsamo de lágrimas. /
¡Bajad, aves agoreras, /
milenarios artífices de las rocas, /
deidades de los lagos vedados, /
brujos de las cumbres perdidas, momias tutelares! /
¡Venid a tierra y adorad su polvo, /
más rico ahora que el corazón de oro: /
en su entraña se mezcla la sangre de Manuel,/
el sueño ilímite de Scorza, /
el dolor de un hombre, la plenitud del poeta! /
¿Sólo el silencio en vez del alarido? /
¿En tu eternidad nuestros hueros relojes? /
¿Esta copa de vino en tus labios resecos /
o acaso sumergidos en divinos icores?/
¿Puede el poema resucitar la vida,/
añadir una sílaba al diálogo inconcluso? /
¿De qué modo entender en mudez y danza inmóvil /
si tu memoria es de frenesí y de vértigo, /
de torrente desbordante de palabras y mitos /
y melancólicos pájaros oníricos...? /
Mas cómo no gritar bajo la honda aleve,/
no gemir al cuchillo de la pena, /
ni escribir, Manuel, ni siquiera tu nombre /
y llenarlo de llantos y de sones, /
de maitines y responsos, de aleluyas y réquiem, /
y de perennes cantares de Agapitos Robles/
galopando en tropel por las laderas! /
Y pedirte perdón porque es inútil la queja /
y es breve nuestro horario, yace cojo y bizquea, /
mientras tuyo es lo infinito y sus praderas, /
corto nuestro llanto y su rastrojo, /
y en cambio tu sombra y tu esencia de hombre y de poeta, /
de Manuel y de Scorza, /
son eternos en recuerdo y congoja,/
en las noches memoriosas de relámpagos, /
en los ocasos del Rímac y en las tardes del Sena, /
en la borra del licor del postrer vaso, /
en el rictus nostálgico y en toda lejanía, /
en la profundidad del ojo del labriego, /
en la soledad del ventisquero,/
y en el perenne renacer del icho. /
&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Lima, 28 de noviembre de 1983
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Has Entrado en el Blog: Magisterio Digno, Bienvenido a este Espacio para la Comunicación y el Dialogo. Deja tu Comentario y en cuanto pueda te dejaré una Respuesta. Gracias.