CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
Y ESCUELA
NACIONAL
SUPERIOR DE
FOLCLORE
DISTINCIÓN
AMAUTA
DEL PERÚ
ETERNO
A
EMILIO
MORILLO MIRANDA
1. Bienvenida
y presentación
DANILO
SÁNCHEZ LIHÓN
Presidente
de Capulí,
Vallejo y su Tierra
2.
Trascendencia de un maestro
MARÍA
VICTORIA GONZÁLES
3.
Significado y valoración
ROEL TARAZONA
Director de
la Escuela Nacional
Superior de
Folclore
4. Testimonio
de vida
EMILIO
MORILLO MIRANDA
5. Distinción
AMAUTA DEL
PERÚ ETERNO
DR, WALTER
VÁSQUEZ VEJARANO
EXPRESIDENTE
DE LA CORTE SUPREMA
DE LA
REPÚBLICA Y DEL PODER JUDICIAL
6.
Presentación artística: Estudiantina
de la Escuela
Nacional de Folclore
CONDUCCIÓN:
JAVIER SALAS
RAMÓN NORIEGA
MANUEL RUIZ
PAREDES
VIERNES 30 DE
NOVIEMBRE. 7 PM.
Sede:
Auditorio
Escuela
Nacional Superior de Folclore
Jr. Ica 143.
Centro de Lima
°°°°°
VIERNES 21 DE
DICIEMBRE
RITUAL ANDINO
DEL CAPAC
RAYMI
Y ÁGAPE
VALLEJO
Teléfonos
Capulí:
420-3343,
420-3860
y 997-739-575
°°°°°°°
XIV CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE
MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS
DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO,
SANTIAGO DE CHUCO
14 Y 15 DE
MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN
TRUJILLO
17,18 Y 19 DE
MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO
°°°°°
VIERNES 30 DE
NOVIEMBRE
AMAUTA
DEL
PERÚ
ETERNO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
A.
Hoy viernes 30 de
noviembre del año en curso, 2012, a las 7 pm. de la noche en el auditorio de la
Escuela Nacional Superior de Folclore, el maestro Emilio Morillo Miranda
recibirá la distinción Amauta del Perú Eterno, que otorga el movimiento
cultural Capulí, Vallejo y su Tierra.
¿Qué legitimidad tenemos
para otorgarlo? Ser un movimiento inspirado en el Perú milenario, una
movilización popular y de presencia multitudinaria, como lo prueban las
Telúricas de Mayo que realizamos en ciudades como Lima, Trujillo y Santiago de
Chuco.
En estas efemérides
tenemos una continuidad de catorce años que nos ha permitido concretar 13
Encuentros Internacionales, realizados anualmente y de manera continua, tocando
a veces ciudades como Huamachuco, Cachicadán, Chuca y Angasmarca.
Mantenemos durante todo el
año la Cátedra de Sabiduría Andina en el Aula Capulí que es desvelo y llama
votiva de este prodigio que se llama Perú, teniendo en nuestras actividades la
presencia constante de representantes de países hermanos en el campo del arte,
la educación y la cultura
Hemos realizado eventos en
Barcelona, Madrid, París, pero principalmente queremos ser personas agradecidas
y cultivar entre nosotros la cultura del reconocimiento y de la gratitud a
quienes nos han donado lo mejor de su vida en la forja y construcción de la
utopía andina.
B.
¿Quiénes se hacen
merecedores a la distinción Amauta del Perú Eterno?
Lo reciben personalidades
que han asumido el mundo andino como profesión de fe, que han decantado
sabiduría y la han hecho síntesis, que son guías espirituales de nuestro
pueblo, consejeros del Perú imperecedero; probos, venerables, como lo fueron
nuestros amautas incásicos.
Se otorga a personajes de
una calidad moral intachable y de una obra de valor permanente, que hayan
superado toda contingencia y su pensamiento contenga valor universal. A
personas consagradas a un magisterio que encarna valores.
Para ello se proponen
nombres, se argumentan principios y razones, se decide. Y, si se aprueba, se
realiza el acto y ceremonia de imposición de dicho título y distinción.
Queremos de esta manera tejer
más consistentemente la tela de nuestra identidad tan trémula, y de este modo
también organizarnos para las batallas futuras que nos exigirá la historia.
Queremos hacernos
presentes como sociedad civil para complementar la labor del Estado, que frecuentemente
suele incurrir en olvidos lamentables.
Porque hay necesidad de
reconocimientos indispensables, de adhesiones imprescindibles y de gratitudes
impostergables.
EMILIO
MORILLO,
EL
BIEN DE SER
MAESTRO
Danilo Sánchez
Lihón
1. Prístino
manantial
Causa mi mayor adhesión y
solidaridad el trabajo y la misión de vida que cumple Emilio Morillo Miranda en
la educación, el arte y la cultura actual. Con toda sinceridad, su labor me
parece fundamental, plena de valor, coraje y altruismo, de tal modo que compromete
nuestro respaldo decidido.
Nos adherimos plenamente a
su labor porque sintoniza con lo más valedero y digno de defender en nuestro
país. Y significa un cambio en la situación anómala y deformada de cómo se
orienta la cultura, la educación y el arte en el Perú.
Me impacta su poesía,
donde se canta al niño, al maestro, a los pueblos nativos. También a la lucha
del hombre por un porvenir mejor. Al afán por la conquista de una esperanza,
poesía que no se parece en nada a aquella por ahora instalada en el trono.
Poesía sensible a lo que
es el Perú verdadero y glorioso que sí se lo siente palpitar vigorosamente en
su poesía, en cuyo cimiento y en cuya fibra íntima palpita el amor, tiembla el
coraje y resalta el valor. Y en donde aparece prístino el manantial de la
cultura andina.
2. Pálpito
y fulgor
Al tratar de
explicarme algunas claves que pueden originar el quehacer poético y literario
de Emilio Morillo yo encuentro relación entre los motivos profundos de su arte
y algunos aspectos de su vida que en esta oportunidad mencionaré. Lo primero,
su pertenencia al mundo andino.
Porque Emilio Morillo
nació y se crió en el anexo de Huancas de la provincia de Tayabamba, un
conjunto de casitas que se arriman entre sí para darse abrigo y protección
frente a los pavores e inclemencias de la naturaleza y para soportar el asombro
y estupor ante la belleza y maravilla de los amaneceres y crepúsculos serranos.
Estallidos que por ser tan
hermosos necesitan que nos sostengamos de las manos y hasta nos abracemos para
vivirlos de frente, sea mirándolos o ya sea soportando su flecha incandescente
y ensangrentada. Y el pálpito y fulgor de ese mundo es el que tiembla y reluce
en cada verso de sus libros. Hecho que se transparenta hasta en el modo cómo se
fundó el anexo de Huancas que tiene como patrón del pueblo a San Cayetano.
3. Un dulce
amor
que despierta
De cómo surgió esta
devoción quiero recordarlo ante ustedes, porque tiene que ver con la poesía que
cultiva Emilio Morillo. ¿Qué es lo que se relata en versión oral en el anexo de
Huancas? Se cuenta que allá por el año 1700, un día los pastores de un sitio
denominado Pampa de Ocas, el antecedente más cercano y directo de los paisanos
de Huancas, al bajar sus rebaños a pastar por un bosque de alisos y yerbas
santas oyeron balar repetidas veces a un cordero dentro del bosque. Al buscar
al cordero encontraron la imagen del santo que ahora se venera en dicho paraje,
imagen que estaba situada de pie sobre un tronco de aliso.
Esto no me lo ha contado
Emilio Morillo. Y lo remarco, porque qué coincidencia con el epígrafe de Luis
Valle Goycochea que él coloca al inicio de uno de sus libros, titulado
“Fragores”, y que reza así:
Su chacra, malo que bueno,
su casita, su pollino,
árboles que dan sus
frutos,
aves del campo en las
ramas,
y un dulce amor que
despierta
cantando por la mañana.
4. La
inclinación
a lo
trascendente
Ahora bien, del
tronco de aliso los pastores llevaron a San Cayetano a Pampa de Ocas, pero por
las noches ya no estaban en la capilla que le habían improvisado.
Al buscarlo, cuenta así la
leyenda, siempre lo encontraban en el bosque de yerbas santas y alisos y
decidieron entonces levantarle allí una iglesia.
Y luego edificaron las
casas para acompañar al santo, modo en que se funda este pueblo o se cambia el
de Pampa de Ocas. Es decir, nuestros pueblos se fundan en función de lo
sagrado, lo noble y lo lúcido.
La leyenda que nos da una
clave cual es el encuentro y la égida de lo trascendente en nuestras vidas, no
a oscuras sino siguiendo el curso de la naturaleza, del balido de la oveja en
el bosque.
Son los campesinos que
buscan algo suyo que les parece que se ha perdido, contenidos que hallo muy
idénticos a las notas que se pulsa Emilio Morillo en el conjunto de su trabajo
educativo y cultural.
5. La lucha
con el ángel
Así como Emilio es
producto natural de su tierra, lleva la impronta y el sello de su progenitor
don Felipe Morillo Ponte. Su padre nació en Taurija, hombre que luchó contra un
misterio, quien se armó como un caballero andante medioeval para luchar contra
el poderoso Amaru, el Dios Serpiente a quien sometió, ante el asombro y el
temblor de su gente.
¿Cómo fue y cómo ocurrió
este pasaje legendario? Ello sucedió cuando don Felipe, que había sembrado en
donde la gente decía que reposaba la cola del Amaru. En la denominación de los
lugareños lo llamaban culebrón. Don Felipe tuvo que ver con sus propios ojos
cómo una inmensa corriente de agua y piedras inundó el lugar.
Clamaba la gente asustada
y despavorida, reprochando haber despertado al vengativo Amaru por la ofensa de
sembrar sobre su cola meteórica e incandescente, enrostrándole a don Felipe por
la ofensa. Este ensilló su caballo bayo, puso su mejor apero sobre el lomo de
la bestia, montó al zaino y se dirigió al lugar, dispuesto a que, si podía, el
Amaru lo arrolle a él y no a la pobre gente desolada.
6. El pulso
y el peso
Diciendo mientras
galopaba:
- Si el problema es
conmigo que a mí me mate. Pero eso sí moriré luchando.
Y así arremete contra el
río cargado de lodo, pedrones y torrente. Y no se sabe cómo el huayco, que
asolaba siempre, primero lo dejó pasar a la otra banda. La gente acongojada
primero por la desgracia de la inundación ahora lloraba por don Felipe. Pero
quedó deslumbrada después, mirando desde arriba, desde los cerros esa
tremenda osadía.
No contento don Felipe lo
cruza otra vez de regreso. Y así, dos y tres veces más, hasta que las aguas se
fueron aplacando, y el lodo y el torrente fueron amenguando. Humillado al Padre
Dios Serpiente le cede su imperio. Cuando salió de la corriente las aguas
estaban totalmente aplacadas ante el pulso de su mano y de su pecho. El huayco
se había detenido humillado ante el pulso y el peso de la mano de su frente
alucinada.
7. La
sintonía
con el saber
popular
Permítanme que
explique con cierto detalle dónde encuentro la madeja del saber popular con lo
que vibra, lucha y vence Emilio Morillo.
Su padre, Don Felipe, pese
a no haber ido a la escuela, llegó a tener una gran sabiduría popular.
Él aprendió a escribir y a
leer solo en la vida diaria, porque cuando se matriculó, un poco a destiempo,
su maestro lo primero que hizo fue tomarle la lección del día anterior, que no
supo responder pues recién llegaba esa mañana y no había asistido a la clase
que el maestro quiso repasar.
Al no contestar la
pregunta el maestro le pidió que extendiera la mano y así lo hizo. Entonces,
con una férula de aliso descargó un golpe tan fuerte que la reacción del
muchacho que ya era grande, padre después de Emilio, fue arrinconarlo a
trompadas al maestro, razón por la cual nunca más regresó a la escuela.
8. El mensaje
profundo
de la vida
Pero aprendió en la
sabiduría de la vida tanto que la gente recurría a él para consultarle acerca
de todo.
Era un consejero, un
conciliador, una especie de padre en quien confiaba la gente. A él acudían los
querellantes en problemas de linderos, de traspaso de herencias, de negocios
disueltos.
Y, sobre todo, de
embarazos de mujeres humildes y de niños sin padre que los reconozcan y se
hicieran cargo de esas criaturas.
O de la ruptura de
parejas, casos en donde uno de ellos venía por delante y el consorte o la
consorte más atrás.
Él lo arreglaba todo, no
se sabe cómo pero salían reconciliados. Y es más, con cuyes y papas para que la
mujer cocine para su marido.
Ese equilibrio, ese leer y
orientar a la gente, ese buscar la armonía y el mensaje profundo de la vida es
otro rasgo de la personalidad y del magisterio de Emilio, por eso lo cuento y
por eso la distinción que hoy le damos.
9. La madre
popular
Emilio Morillo a los
12 años vino a Lima a estudiar en el Colegio Mariano Melgar, y en la vespertina
del Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe.
Porque ni se le ocurrió,
ni pasó por su mente que para estudiar tenía que pedirle que le envíe dinero su
padre, sino que fue para él natural pensar que tenía que trabajar en el día y
estudiar en la noche.
Allí aprende la lección
del esfuerzo personal, de la lucha y del tesón, pero también de la solidaridad
y el afecto popular.
Tanto es así que los
poemas que él dedica a la madre no son a su madre biológica, pues él no la tuvo
ya que aquella murió cuando él tenía apenas dos años de edad.
Y es hermoso entonces cómo
él canta a la madre que es la madre de sus amigos obreros, campesinos y
estudiantes, es decir: la madre popular.
He aquí la sustitución que
hace el espíritu, con generosidad y nobleza, sublimando ausencias, dolores y
pobrezas.
10. El signo
en la frente
Pero Emilio es hijo
también de otra institución tutelar como es o fue la Escuela Normal Central de
Educación La Cantuta adonde ingresó a estudiar en la época en que esa Escuela
tenía la égida del maestro Walter Peñaloza Ramella.
Allí es cuando su padre,
al enterarse que ya estudiaba Educación, le envía tal cantidad de encomiendas y
remesas de plata que a Emilio en La Cantuta lo consideraban hijo de hacendado o
terrateniente. Y él, Emilio, allí replica la misma función que tenía su padre
en su pueblo, la de consejero. Y todo esto que cuento, por si acaso, no me lo
ha contado Emilio sino sus compañeros de aquella época.
Es así que le consultaban
hasta en cómo debían usar la pijama, si era poniéndose ropa interior o a cuerpo
desnudo, porque en ese tiempo don Walter Peñaloza exigía que todo estudiante
cumpliera con esos detalles. De allí que todo ingresante a La Cantuta tuviera
un ajuar de prendas consistente en varios juegos de ropa interior, dos ternos,
toallas grandes, etc. Y, en esa larga lista se consignaban dos juegos de
pijamas.
11. Vínculo
de la poesía
con la
educación
Emilio, como su
padre don Felipe, también ahí tenía que hacer de consejero improvisando acerca
de cómo es que se debían utilizar estas prendas como los pijamas.
Es en esa Escuela en donde
creo yo que Emilio recibe el sello de oro en la frente de su consagración a la
educación en el Perú.
Y es esto último lo que
quisiera comentar de inmediato, diciendo que hay una relación que se la trata
de presentar como llena de espinas entre poesía y educación, que es el punto
esencial que nos plantea el quehacer literario y poético de Emilio Miranda.
Desde la poesía
convencional este vínculo se lo niega como auténtico, como antes se negaba y
satanizaba el vínculo de la poesía con el compromiso social, de transformación
de la realidad, denominándola panfletaria.
12. Hay
quienes
Yo quiero defender
aquí el cordón umbilical de la poesía con la educación, en lo que esta tiene de
esencia y trascendencia, porque la poesía en esta relación se colma de valores.
Quizá esta fusión no se de
con referencia a las metodologías, ni a las técnicas pedagógicas, o a las
lecciones y unidades de aprendizaje, pero sí con lo raigal del hombre que la
escueta quiere formar.
Los insidiosos niegan esta
relación que es prístina y esperanzada. ¿Por qué razón se descalifica este
vínculo?
Porque no hay mayor
tormento a quienes no lo tienen que hablarles de valores.
Hay quienes desde sus
poltronas negarán esta asociación. Y no solo lo negarán sino que se
burlarán y harán escarnio de esta alianza
No les dediquemos atención
ni les tengamos escrúpulos. Quizá sí tenerles mucha conmiseración y lástima.
13. Lo tierno
y excelso
Para honra y loor
del magisterio peruano éste demuestra un vivo interés por la poesía. Celebro
este vínculo que lo he constatado cuando me cupo ser por varios años miembro
del Jurado Calificador de los Premios Nacionales de Educación Horacio que
otorga la Derrama Magisterial.
En ellos es una tendencia
y una verdad para mí valiosa el hecho de comprobar que de cien trabajos
enviados a este concurso 95 eran de poesía y solo cinco de contenidos
metodológicos o didácticos. Con lo que se comprueba que nuestro magisterio
vibra con el arte, con el sentimiento y con el humanismo más acrisolado.
Esto es grande y hasta
excelso, que nos señala la ruta de un tesoro escondido entre nuestra propia
gente. Y, sin embargo, insistimos en machacarle teorías, procesos y
manualidades.
Engrandezcamos su ternura,
su capacidad de amar. Alentémoslo diciéndoles que no están equivocados en su
generosidad. Y que es legítimo que sean amantes de lo bello, de lo tierno y lo
excelso.
14.
Celebramos
y rendimos
homenaje
Por eso, celebramos
y rendimos homenaje en Emilio Morillo al magisterio nacional.
Encomiamos en él a una
poesía de la identidad con nuestros pueblos humildes, con nuestras casas
nativas, con nuestros rincones hogareños, con nuestros fogones.
También con nuestra
dolorida infancia, porque no solo es imperdonable la indiferencia sino que es
una traición olvidarnos de los más desvalidos e indefensos.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio Morillo a la poesía de
inspiración social, tan execrada ahora.
A aquella que alza sus
puños para defender al vencido, al humillado, al explotado, encorajándose por
redimir el mundo; valiosa por su capacidad para ser solidaria, para abrazar al
hermano, con calidez, con devoción y sincero cariño.
15. Colmarnos
de afectos
De allí que
celebramos y rendimos nuestro homenaje en la obra de Emilio Morillo su afán por
la educación, su idealismo, su entrega a lo valioso, a la limpieza y pulcritud
con que realiza su trabajo pero unido a la belleza de su discurso.
A su fe en el hombre, a su
alto grado de adhesión a la causa humana.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio a la apuesta por la alegría y
la felicidad del pueblo. Por la capacidad de exaltarse con la fiesta
pueblerina, que se evoca, con la banda de músicos que ya atruena con sus
sonidos las calles y las plazas apretujadas, con los cohetes que se elevan y
revientan en el cielo.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio por creer en el amor, ese amor
inocente, confiado y sencillo, ese amor de pleno sentimiento, sin cálculo
pequeño.
Por su capacidad de
engrandecer nuestro corazón de nutrirnos de sentimientos y colmarnos de
afectos.
16. Vamos
a vencer
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio a la poesía que es capaz de
abrirse y descubrirse para el niño, que lo encuentra y exalta, que lo mira de
frente sin evadirlo.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio al hecho de que allí esté
contenido su pueblo, y como tal a nuestros pueblos, y el pueblo de todos, con
sus caminos, sus celajes, sus noches claras de luna y sus casitas
acurrucadas en la ladera.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio el haber podido reencontrar a
la madre, que no tuvo, y encontrarlo en la madre de sus amigos obreros y
campesinos. en las madres de todos los hijos del pueblo, el sentido bondadoso
que tiene la naturaleza y el orden de la vida.
Celebramos y
rendimos nuestro homenaje en la poesía de Emilio la capacidad de darnos
caminos, de poner una bandera en nuestras manos, de llamarnos a luchar y de
darnos la confianza de que vamos a vencer.
Epílogo
Lo que inspiran los
libros que ha escrito Emilio Morillo es que tenemos que cambiar. Que toda
catástrofe no sea en vano, que no sea para empeorar el mundo, ni anunciar su
fin. Menos para declarar la guerra, sino para cambiar de a verdad nosotros
mismos y después el mundo.
Porque corresponde forjar
un nuevo hombre y una nueva cultura entre nosotros, acorde con lo que es el
Perú ancestral, el Perú milenario, el Perú glorioso de nuestros antepasados.
Acorde con los
sentimientos más legítimos y las aspiraciones más sentidas de nuestro pueblo,
con los ideales de justicia, de solidaridad y de fraternidad universales, de
los cuales no podemos olvidarnos porque no están cumplidos aún en nuestro
mundo.
Relievando el Perú
prístino, níveo y candoroso de los pueblos humildes. Que el ejemplo de vida de
Emilio Morillo Miranda encabece el fragor de conquistar la felicidad y dignidad
humanas.
Texto que puede ser
reproducido
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420-3860
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