HONDURAS: CIENTOS DE NIÑOS SE ENFRENTAN A LA POLICIA PARA PROTESTAR LA MUERTE DE SUS PADRES

Honduras: Cientos de niños se enfrentan a la policía para protestar la muerte de sus padres 17 de diciembre de 2010 Autor: Contrainjerencia El Libertador / Guadalupe Carney, Honduras –

” Si no hay paz para los niños, no habrá paz, para los ricos, exigimos justicia para la muerte de nuestros padres” fueron algunas de las consignas que gritaron esta mañana los niños que se enfrentaron frente a frente con los policías en la comunidad hondureña de Guadalupe Carney. En la Guadalupe, donde los militares están apostados desde hace un año, hay niños que nacieron para lideres como el caso de Elvin Manuel Morales que gritaba consignas sin temor alguno a los uniformados.

A Manuel, le mataron a su padre en la finca “Tumdor” y su hermano está preso por defender las tierras para sustentar la necesidades de la familia. La movilización inicio en el centro de Carney precisamente donde está la carpa de campaña que mantiene tensa la aldea hasta concluir donde la carretera estuvo tomada por los adultos hasta la madrugada de ayer. Los militares siguen rondando la comunidad de Guadalupe Carney, por tierra y aire en helicópteros, queriendo intimidar a la población, a pesar que los campesinos han desalojado esta carretera reclamando sus derechos de un pedazo de tierra que legalmente les pertenece. La paralización de la carrera de infantes duro unos minutos obstaculizando el tráfico que produjo embeleso especialmente en las personas que se trasladaban en buses que con prontitud sacaron sus cámaras y celulares para captar el suceso.

Muchos de los niños protestantes son los que viven en los refugios que los abriga desde que fueron desalojados junto a sus padres de los asentamientos Panamá, paso Aguán donde sus ojos fueron testigos de la humillación que sufrieron sus progenitores por la defensa de un pedazo de tierra que según las leyes hondureñas les pertenecen a los campeños. Después de la marcha los niños fueron recibidos en el comedor colectivo de la aldea en la casa de doña Alma, donde los recibieron con una horchata helada para saciar la sed, y una baleada, para calmar el hambre que tenían los infantes