Aldito M Ravínez, gorrión y mermelero desde chiquito

Aldito M Ravínez, gorrión y mermelero desde chiquito Por Cabe Mas que descendiente del Amauta, Aldo Mariátegui parece nieto de Eudocio Ravinez, el traidor por cuyo aliento resoplaban las hediondas y neoliberales medias de Don Pedro Beltrán Espantoso. Las semejanzas de Aldo con Ravínez, son muchas, como que todo lo engendrado por Ravinez se monta sobre escombros de la obra dejada por José Carlos. Por ejemplo el Partido Comunista que surgió de las tinieblas, sobre la tumba del Partido Socialista, para privilegiar el “socialismo en un sólo país”, una extraña y contrarrevolucionaria teoría que conducía a la hegemonía rusa sobre el mundo entero. Volviendo a Aldo Ravínez, que es como debiera llamarse con ese nombre y apellido completos, acaba de revelarnos que sus traumáticos resentimientos infantiles contra Velasco Alvarado, surgen porque no tuvo la felicidad de poseer juguetitos que enseñan a los niños yanquis adorar las guerras y prepararse para, en nombre de la democracia, bombardear con napalm pueblos enteros habitados por gente fea y oscura, carente de la piel blanca y ojos azules que debieran ser los únicos habitantes de este planeta. “¡Mami, quiero mi ‘G.I. Joe’ cargado con napalm para bombardear a los cholos!” Este resentido social, que odia el régimen que le produjo una infancia de uniforme único, sin la posibilidad de lucir un trajecito “nerd” de colegio particular; obligándolo a patear pelotas “Basa”, de esas que los cholos usaban para jugar fútbol en la calle, tuvo que acostumbrarse a gorrear, es decir mendigar, (viene de la expresión “estirar el gorro” para que te avienten una limosna) juguetes como el “Enterprise” o el “Star Trek” que los padres de sus amiguitos adquirían de contrabando, para educar a sus hijos para el futuro. — ¿Y tú Aldito, que serás cuando seas grande? — Contrabandista, Miss, para tener todo lo que me gusta Pobre Aldito, también tiene la frustración de no haber tenido imágenes paternas como el Pato Donald (un pato eternamente peleado con la novia, pero que es padre y madre para sus “sobrinos”, igual que Mickey Mouse), o Superman, el héroe que se pone los calzoncillos encima de los pantalones y que lucha por defender la ley y el orden mundial del imperialismo yanqui. ¡Ay, Dios mío! Aldito tampoco pudo embelezarce con esa amorosa y ejemplar pareja Batman y Robin. ¿Te hubiera gustado ser como el “chico maravilla”, corazón? El niño de la burguesía churreta Y todo por ser “un niño burgués”… ¿burgués? ¿Es burguesa la familia de este niño resentido? ¿Cómo es que entonces no lo llevaron a pasear a Disneyworld regresando cargado de juguetes para que no tuviera que gorrear a sus vecinitos? ¿Qué tan burguesa e inteligente fue la familia de Aldito que no se enteró que la revolución velasquista precisamente se produjo para facilitar el desarrollo de un capitalismo peruano, algo que los Romero si entendieron y por eso pasaron a ser el grupo económico más importante del Perú? De niño churreta a mermelero de pacotilla No te quejes de Velasco, Aldito pobrediablo, quéjate de haber nacido en cuna de burguesía churreta que, por incompetente, ha sido reducida por el actual capitalismo global a ser un incómodo apéndice, que sobrevive por la mermelada que dejan las grandes utilidades que se llevan fuera del Perú, las grandes corporaciones, a las que Aldito no pertenece, salvo por el papel de mermelero de pacotilla que es por lo “que le aceitan la mano”. Ya sabemos, entonces, que fue durante Velasco que se operó esa profunda transformación genética que trastocó los órganos del “ñiño Aldito” colocándole el recto dentro de su cráneo Eso explica porqué Aldo M rechaza todo lo bueno que pudo haber heredado de El Amauta, para terminar pareciéndose a su verdadero abuelo: Eudocio Ravínez, un despreciable personaje cuya tumba se encuentra en alguna cloaca de este mundo. ¡FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS! Excepto para Aldito cuyos resentimientos no lo dejan ser feliz. ¡Lástima! Por Cabe Mas que descendiente del Amauta, Aldo Mariátegui parece nieto de Eudocio Ravinez, el traidor por cuyo aliento resoplaban las hediondas y neoliberales medias de Don Pedro Beltrán Espantoso. Las semejanzas de Aldo con Ravínez, son muchas, como que todo lo engendrado por Ravinez se monta sobre escombros de la obra dejada por José Carlos. Por ejemplo el Partido Comunista que surgió de las tinieblas, sobre la tumba del Partido Socialista, para privilegiar el “socialismo en un sólo país”, una extraña y contrarrevolucionaria teoría que conducía a la hegemonía rusa sobre el mundo entero. Volviendo a Aldo Ravínez, que es como debiera llamarse con ese nombre y apellido completos, acaba de revelarnos que sus traumáticos resentimientos infantiles contra Velasco Alvarado, surgen porque no tuvo la felicidad de poseer juguetitos que enseñan a los niños yanquis adorar las guerras y prepararse para, en nombre de la democracia, bombardear con napalm pueblos enteros habitados por gente fea y oscura, carente de la piel blanca y ojos azules que debieran ser los únicos habitantes de este planeta. “¡Mami, quiero mi ‘G.I. Joe’ cargado con napalm para bombardear a los cholos!” Este resentido social, que odia el régimen que le produjo una infancia de uniforme único, sin la posibilidad de lucir un trajecito “nerd” de colegio particular; obligándolo a patear pelotas “Basa”, de esas que los cholos usaban para jugar fútbol en la calle, tuvo que acostumbrarse a gorrear, es decir mendigar, (viene de la expresión “estirar el gorro” para que te avienten una limosna) juguetes como el “Enterprise” o el “Star Trek” que los padres de sus amiguitos adquirían de contrabando, para educar a sus hijos para el futuro. — ¿Y tú Aldito, que serás cuando seas grande? — Contrabandista, Miss, para tener todo lo que me gusta Pobre Aldito, también tiene la frustración de no haber tenido imágenes paternas como el Pato Donald (un pato eternamente peleado con la novia, pero que es padre y madre para sus “sobrinos”, igual que Mickey Mouse), o Superman, el héroe que se pone los calzoncillos encima de los pantalones y que lucha por defender la ley y el orden mundial del imperialismo yanqui. ¡Ay, Dios mío! Aldito tampoco pudo embelezarce con esa amorosa y ejemplar pareja Batman y Robin. ¿Te hubiera gustado ser como el “chico maravilla”, corazón? El niño de la burguesía churreta Y todo por ser “un niño burgués”… ¿burgués? ¿Es burguesa la familia de este niño resentido? ¿Cómo es que entonces no lo llevaron a pasear a Disneyworld regresando cargado de juguetes para que no tuviera que gorrear a sus vecinitos? ¿Qué tan burguesa e inteligente fue la familia de Aldito que no se enteró que la revolución velasquista precisamente se produjo para facilitar el desarrollo de un capitalismo peruano, algo que los Romero si entendieron y por eso pasaron a ser el grupo económico más importante del Perú? De niño churreta a mermelero de pacotilla No te quejes de Velasco, Aldito pobrediablo, quéjate de haber nacido en cuna de burguesía churreta que, por incompetente, ha sido reducida por el actual capitalismo global a ser un incómodo apéndice, que sobrevive por la mermelada que dejan las grandes utilidades que se llevan fuera del Perú, las grandes corporaciones, a las que Aldito no pertenece, salvo por el papel de mermelero de pacotilla que es por lo “que le aceitan la mano”. Ya sabemos, entonces, que fue durante Velasco que se operó esa profunda transformación genética que trastocó los órganos del “ñiño Aldito” colocándole el recto dentro de su cráneo Eso explica porqué Aldo M rechaza todo lo bueno que pudo haber heredado de El Amauta, para terminar pareciéndose a su verdadero abuelo: Eudocio Ravínez, un despreciable personaje cuya tumba se encuentra en alguna cloaca de este mundo. ¡FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS! Excepto para Aldito cuyos resentimientos no lo dejan ser feliz. ¡Lástima!