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martes, 25 de mayo de 2010

PERU: ECOS DEL ANIVERSARIO DE BAGUA

PERÚ: ECOS DEL ANIVERSARIO DE BAGUA Lunes 24 de Mayo de 2010 09:34 José Antonio Morán Varela Pueblos
El 5 de junio se celebra el aniversario de las 34 muertes que se produjeron en la zona de Bagua, en Perú. Aún penden muchas dudas. No se sabe quién dio la orden de disparar en medio de la tregua, pero sí podemos conocer la causa que condujo a ello: una lógica etnocéntrica que identifica lo moderno con desarrollo y sabiduría y lo tradicional con atraso e ignorancia. Los indígenas amazónicos peruanos se ven constantemente en la necesidad de reclamar sus derechos apelando a su identidad para no ser devorados por las ansiosas empresas que -apoyadas por las más altas esferas de la nación- reclaman sus territorios en nombre del progreso. En ello les va la vida. Estas líneas no pretenden otra cosa que ayudar a descorrer el velo de invisibilidad con el que se trata de tapar lo que allí ocurrió así como los logros de los indígenas. Un artículo de José Antonio Morán Varela
Los hechos. Oficialmente en Bagua murieron 24 policías y 10 “civiles”, y más de un centenar de heridos colapsaron los centros médicos de la zona. Todo sucedió hacia las 5.30 de la mañana del cinco de junio de 2009 cuando alguien dio la orden de abrir fuego contra los indígenas que desde el 9 de abril del mismo año estaban llevando a cabo una serie de acciones coordinadas para defender sus territorios
(1). La tensión había subido lo suficiente como para que el 4 de junio los indígenas pactaran una tregua, hasta las 10 de la mañana del día siguiente, con el general Uribe -jefe de la región policial de Amazonas- para la desmovilización de los bloqueos viales y la liberación de policías retenidos. No hubo tiempo para responder porque unos uniformados, traicionando el pacto, abrieron fuego unas horas antes matando a varios indígenas, y éstos, para defenderse, respondieron masivamente con indignación y violencia utilizando sus lanzas y algunas armas que tomaron a los policías.
(2) Sigue sin saberse quién dio la orden de disparar. Los oficiales apelan a la obediencia de las instrucciones recibidas sin decir de quién, y la ministra Cabanillas, encubriéndose y encubriendo a otros políticos dijo que “a mí no me tienen por qué pedir autorización, me informarán, que es diferente”. Poco tiempo después la citada ministra ascendió de grado a varios capitanes, comandantes y mayores involucrados en los hechos y ella misma recibió una condecoración impuesta por un general a quien previamente ella había responsabilizado de la represión…Como señala el antropólogo Montoya Rojas es “una comedia de pésimo gusto, pero es simplemente verdad”
(3) El perro del hortelano. La rebelión amazónica iniciada dos meses atrás de la fatídica fecha brotó tras constatar que sin bloqueos de carreteras cualquier mesa de diálogo y cualquier comisión para resolver problemas son papel mojado si se tiene al gobierno como interlocutor. El conflicto inmediato en esta ocasión está motivado por unos decretos impuestos directamente por Alán García quien utilizó la facultad constitucional de la excepcionalidad de prescindir del Congreso para legislar. Los decretos que modificó en la sombra van orientados a neutralizar los derechos de los indígenas amazónicos privatizando sus tierras comunales y disponiéndolas para ser utilizadas –tanto el suelo como el subsuelo- con fines de “desarrollo” económico. Son decretos que se saltan la legalidad peruana e internacional, y de hecho, varios de ellos (como el 1015 y el 1073) ya han sido anulados y otros siguen el mismo trámite. Es lógico suponer que Alán García los quería imponer de la forma que fuese. No debe extrañar desde esta perspectiva su apuesta por la violencia ya que en más de una ocasión ha dicho públicamente a soldados y policías frases como éstas: “tiren y piensen después…no les pasará nada por disparar y matar, tienen mi apoyo, el del Estado y el de la justicia”
(4). Aunque tampoco hay que menospreciar su alto grado de indianofobia tal como queda reflejado en la publicación de sus tres nombrados artículos en el diario El Comercio bajo el genérico de “el perro del hortelano”
(5). Detengámonos en ellos porque permiten rastrear pistas que nos aclaren los posteriores acontecimientos de Bagua: "…hay millones de hectáreas de madera que están ociosas, otros millones (…) no han sido cultivadas (…) y no se pueden trabajar, ríos que son una fortuna que se va al mar sin producir energía eléctrica (…) y todo ello por el tabú de las ideologías superadas, por ociosidad, por indolencia, o por la ley del perro del hortelano que reza: si no lo hago yo que no lo haga nadie”; “….el perro del hortelano no sale de su pobreza intelectual y quiere impedir que otros salgan de su pobreza material y educativa (…) dice: que los terrenos erizados se queden como están, que la riqueza forestal de la Amazonía no se aproveche, que no se construyan hoteles cerca de los monumentos arqueológicos. No saben que en la Torre Eiffel existen desde su origen dos restaurantes privados….” “…para que haya inversión se necesita propiedad segura, pero hemos caído en el engaño de entregar pequeños lotes de terreno a familias pobres que no tienen un centavo para invertir (…) también existen comunidades artificiales que tienen 200 mil hectáreas en el papel pero sólo utilizan agrícolamente 10 mil hectáreas y las otras son propiedad ociosa, de mano muerta, mientras que sus habitantes viven en la extrema pobreza y esperando que el Estado les lleve toda la ayuda en vez de poner en valor sus cerros….”; “…y contra el petróleo han creado la figura del nativo selvático no conectado; es decir, desconocido pero presumible, (…) es preferible para ellos que el Perú siga importando y empobreciéndose…”
La lectura completa de estos artículos no tiene desperdicio, y no por su originalidad –ya que reproducen las tesis del neoliberalismo de siempre- sino por la ignorancia de lo que dicen y la claridad de lo que esconden. Veamos:
1º) Sorprende la preocupación del autor por la supuesta acumulación de tantas tierras en tan pocas manos y la de que sus ociosos propietarios vivan en la pobreza esperando el maná del Estado. Las preguntas habría que devolvérselas al Presidente: ¿Le preocupa lo mismo que unas pocas empresas y multinacionales posean ya el 72% de la Amazonía y que las grandes fortunas del Perú se distancien cada vez más del resto de mortales? ¿Se ha parado a pensar que en aquellas comunidades donde ha llegado el modelo desarrollista que tanto alaba, los índices de pobreza y marginación se han disparado? ¿No será que en vez de ociosidad, mano muerta, pobreza intelectual o indolencia habría que intuir –al menos intuir- otra forma de organizarse de los indígenas que no sea la del desarrollo exógeno y la puesta en valor de su entorno? 2ª) Sorprende aún más que siendo abogado el Presidente no reparara que sus teorías carecen de fundamento legal al ser aplicadas a las comunidades indígenas ya que éstas están amparadas constitucionalmente tanto a nivel nacional (en el Decreto Ley Nº 22175 o en el Artículo 70 de la Constitución del 93) como a nivel internacional (Convenio 169 de la O.I.T, y la reciente Declaración de la ONU sobre los pueblos indígenas). Extraña que tras lo ocurrido el 5 de junio la única culpabilidad que reconoció el Presidente fue la de no haber dialogado con las comunidades indígenas. 3ª) Hay una pregunta que sobresale sobre el resto: ¿quiénes están interesados en el espíritu del “perro del hortelano” que terminó encarnándose en los decretos que condujeron a la matanza de Bagua? Obviamente los lobbys que persiguen acuerdos del Tratado de Libre Comercio y similares, y más en concreto empresas como la petrolera noruega Discover Petroleum International que buscaba cinco lotes amazónicos y que generó el escándalo de los “petroaudios” en el que estaban involucrados el exministro de pesca, varios candidatos apristas y hasta el abogado personal de Alán García. 4º) Pero donde más claramente se aprecia el rostro que está detrás del escritor es en la metáfora del título. No es preciso ser un exégeta para descubrir quién es el perro, quién el hortelano y cuál la huerta. Ya la más rancia tradición de caucheros y españoles denominó a los habitantes amazónicos peruanos como “chunchos” ; ahora el que se autoproclama el amo del huerto amazónico los llama perros, e incluso en el fragor del 5 de junio añadió un matiz: “no son ciudadanos de primera clase….qué pueden decir 400.000 nativos a 28 millones de peruanos…” (6) 5º) Y finalmente, mucho desconocimiento o mucha mala fe son necesarios para poner en duda la existencia del nativo selvático, es decir, de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario. Hay noticias de 14 de ellos en Perú (de los –al menos- 71 que viven en toda la Amazonía). Casi todos son supervivientes de la persecución de los caucheros porque decidieron esconderse en la selva para evitar su muerte física y étnica, y ahora se vuelven a ver amenazados por las implementaciones de los planes de desarrollo. Debido a la urgencia del momento y a su extrema vulnerabilidad, desde 2002 AIDISEP (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana) ha llevado al Congreso propuestas para respetar los derechos fundamentales de estos pueblos, y consiguieron que -aunque deje mucho que desear- Perú cuente desde 2006 con legislación al respecto. Además, la ONU tanto desde el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas como desde la Asamblea General que gestiona el Segundo Decenio Internacional para los Pueblos Indígenas del mundo (2005-2014) urge a gobiernos, organizaciones indígenas y sociedad civil en general a evitar cualquier acto de agresión y genocidio con estos pueblos.
(7). Por tanto a menos que exista una alucinación colectiva global, los nativos selváticos no son ninguna invención. Un paso más en el razonamiento. El enfrentamiento que aquí tratamos de describir viene de largo; en el fondo palpita una concepción etnocéntrica que desde hace al menos un par de siglos asocia la modernidad con progreso e ilustración y la tradición con atraso e ignorancia. En Perú se ha dado con especial claridad incluso geográfica: la Lima culta y criolla siempre trató de distanciarse de la analfabeta e india Cuzco; el caso de los indígenas de la selva es aún más doloroso puesto que mientras sus territorios se vieron como un horizonte con el que enriquecerse, a ellos se les invisibilizó. La paradoja es que el sistema dominante siempre necesitó de esos ignorantes e invisibilizados para realizar sus proyectos. Los colonizadores vieron que sin nativos no había colonia y para evitar su exterminio crearon los resguardos. Los independentistas les utilizaron para ejemplificar los abusos coloniales aunque después temieron que les reclamaran legítimamente ser los auténticos originarios del lugar, y por eso hasta el Libertador Bolivar llegó a proclamar que “el indio es de un carácter tan apacible que sólo desea el reposo y la soledad: no aspira ni aún a acaudillar a su tribu, mucho menos a dominar a los extraños: felizmente esta especie de hombre es la que menos reclama la preponderancia, aunque su número exceda a la suma de otros habitantes (…) no pretenden la autoridad porque ni la ambicionan, ni se creen con la aptitud para ejercerla..”
(8). Y hoy, el neoliberalismo siguiendo la tradición liberal, independentista y afrancesada de la igualdad regala a los indígenas miles de proyectos de desarrollo para que se integren y dejen de decidir por ellos mismos, se conformen con su folclórico colorido, tengan acceso a ayudas caritativas, y –de paso- permitan que sus tierras sean puestas a producir por otros y para otros; tal es la política que en Perú realizan organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, o el IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana) capitaneado por el potente Brasil. Es decir, que Alán García –junto a todo el arsenal citado y muchos más- no hace otra cosa que seguir en la tradición de decirle al indio lo que por su bien debe hacer para salir de su atraso e integrarse al resto de la sociedad (claro, en el mismo lote se incluye la enajenación de lo que desde antes de que existieran leyes de propiedad ya le correspondía: su territorio); y por eso todo aquel indio que amparándose en la ley persiste en reclamar el derecho a su diferencia para acceder a la igualdad formal que como ciudadano de un estado le corresponde, es tildado de atrasado, insolidario y antipatriota. (9) ¿Es Perú una excepción de lo indígena? Sabido es que Perú es visto como ese país que a pesar de contar con el 40% de indígenas, éstos prácticamente carecen de representatividad nacional.
(10) Se han buscado explicaciones como que los discursos de clase se adueñaron de su espacio (por ejemplo Velasco Alvarado (1968-1975) obligó a que se utilizara el término campesino en vez del de indio), o que los efectos de la guerra civil y especialmente de Sendero Luminoso cercenaron cualquier oportunidad de construir organizaciones políticas indígenas. Pero estas afirmaciones son contrarrestadas con dos constataciones: la primera es que en otros lugares –como por ejemplo Colombia- los indígenas han sufrido los mismos oprobios pero están muy fuertes como organizaciones a pesar de ser muy pocos en población, y la segunda es que donde más fuerte está el movimiento indígena dentro de Perú es allí donde hay más violencia y más marginación política; precisamente esto es lo que ejemplifica Bagua, el poder que en la selva tienen organizaciones como AIDISEP, (11) aspecto éste que no es generalizable a la costa ni a la sierra. Pero conviene matizar lo siguiente: tal vez no sea correcta la pregunta sobre por qué hay ausencia de movimientos indígenas fuertes de todo el Perú ya que ello equivale a dar por supuesto que toda manifestación indígena debe conllevar un mismo camino. En esta línea van surgiendo nuevas e interesantes perspectivas de estudio (12) que muestran cómo en Perú los indígenas se han ido expresando a través de lo mestizo sin que ello suponga abandonar su indignidad, y cómo siguen negociando nociones de identidad a través de su confrontación con actores estatales (sanidad, educación, etc.), con entornos urbanos como el de Lima, y con oenegés y otras organizaciones. Dicho de otra manera, aunque en lugares como estas líneas centremos la atención en las luchas indígenas, no debemos olvidar que también existen otros escenarios de resistencia más cotidiana y menos espectaculares que dan cuenta del sustrato indígena. En todo caso, la represión de Bagua ayuda a visibilizar –a nivel nacional e internacional- la importancia de lo indígena en todo el Perú y de paso potencia aún más a los movimientos amazónicos que incluso ya operan a nivel transnacional (como es el caso de COICA, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica). Si algo enseñan los sucesos de Bagua es que el indígena no ha caído en la trampa de que se autopercibiera como un ser desvalido, analfabeto y necesitado de protectores consejos. Hoy levanta la voz para mostrar que están caducas las versiones que presentan a las naciones desde la uniformidad, y para reclamar legal y legítimamente la dignidad de ser respetados conforme a sus identidades. Hoy lo único que cabe desindianizar es la imagen creada e impuesta del indio como atrasado, pasivo, vago o festivo (el indio festivo es la última creación del turismo) y la de culpabilizarles de impedir el desarrollo del país. Hoy el indígena peruano pide a gritos que reflexionemos sobre cómo a la vez que se pone en un pedestal a los ya inexistentes indios de Machu Pichu o de tantas culturas precolombinas, se dispara metafórica y realmente contra el que vive aquí y ahora. Hoy más que nunca se nos muestra a todos que ser indiferentes ante la diferencia no es más que otra variante del racismo. Y más aún, si hay alguien que en esta batalla pueda ponerse el apellido de civilizado es aquel que ha introducido lo cultural en el debate político, y no quien cegado por plusvalías es incapaz de ver nada más allá del negocio. ¿Dónde está por tanto el progreso y dónde el atraso? José Antonio Morán Varela
NOTAS: 1. Los indígenas achuar toman la planta petrolera de Pluspetrol en Anoas, los quichuas y arabelas cortan el paso por el río Napo, los asháninkas toman el aeródromo de Atalaya, los awajun bloquean la carretera a Yurimaguas, los machigengas capturan embarcaciones en Urubamba, los aguarunas toman tres estaciones de Petroperú, los lamas hacen una marcha a Tarapoto, los awajun y wampis de Bagua se ponen en huelga de hambre, etc. Tomado de Patricia Wiesse. El rugido de la serpiente de agua. IDEELE. Revista del Instituto de Defensa Legal nº 194. Lima 11-6-09.
(2) Montoya en un magnífico artículo (ver nota siguiente) cuenta cómo el periodista Gustavo Gorriti recibió un documento titulado “Así morimos los policías” escrito por los policías supervivientes en el que tras documentar lo ocurrido, sus críticas apuntan más hacia sus autoridades que hacia los indígenas. Estas fotos aún pueden encontrarse en youtube.com.
(3) Rodrigo Montoya Rojas hace una excelente descripción y contextualización de lo sucedido y especifica varios de los decretos modificados por Alán García. En Perú “Con los rostros pintados”: Tercera Rebelión Amazónica en Perú (agosto 2008-junio 2009). rcci.net/globalización.
(4) Montoya recoge además una frase del discurso a la nación del 28 de julio de 2009 donde el presidente repite: “no hay sitio para la toma de carreteras ni el crimen; hay mejores leyes y más armas, Señor Ministro del Interior úselas con severidad”.
(5) Los artículos del Alán García están publicados en el Diario El Comercio de Lima: El síndrome del perro del hortelano. (28-10-2008). Receta para acabar con el perro del hortelano.(27-11-2008). El perro del hortelano contra el pobre. (2-3-2009)
(6) En los vídeos de youtube.com puede verse al presidente diciendo esta frase así como muchas imágenes, declaraciones y fotos de lo ocurrido en la fatídica fecha.
(7) Aparte de otras reuniones sobre pueblos en aislamiento voluntario, hubo una entre el 20-22 de noviembre de 2006 en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) cuyas actas han sido publicadas en Pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial en la Amazonía y el Gran Chaco. IWGIA. Lima 2007. Interesante por el repaso que hace por los distintos países implicados y su problemática específica.
(8) La frase de Simón Bolivar está tomada de su famoso Discurso de Angostura. (1818).
(9) Lo de antipatriota viene porque el presidente Alán García (y no es el único) afirmó reiteradamente en los momentos posteriores al conflicto la mano de Hugo Chávez y Evo Morales que estarían interesados en que Perú no produjera petróleo ni gas para evitar la competencia a sus respectivos países. Lo peor es que de trasfondo late una vez más la idea del nativo como estúpido que sin planes propios se deja seducir por cualquiera que le engañe.
(10)Luís Millones cuenta cómo en 1999 el Banco Mundial destinó unos fondos a indígenas de América Latina pero en Perú no encontró ninguna institución representativa a la que donar dicha ayuda. Hay un país sin indígenas entre Ecuador y Bolivia. En Marta Bulnes, ed. Conversaciones para la convivencia. Lima: GTZ
(11) Yo mismo pude constatar la solidaridad espontánea que en el resto del país se generó hacia los indígenas de Bagua. Muchos peruanos descubrieron con asombro que en su país tenían como conciudadanos a indios que nunca habían oído nombrar y que además estaban organizados.
(12)En esta línea se mueven los interesantes análisis de Marisol de la Cadena, Indígenas Mestizos. Raza y cultura en el Cuzco. Instituto de Estudios Peruanos. Lima 2004, y de María Elena García, Desafíos de la interculturalidad,educación, desarrollo e identidades indígenas en el Perú. Instituto de Estudios Peruanos, Lima 2008.

3 comentarios:

  1. buena entrada querida Mariaje, está sinceramente muy bueno, jcc

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Hola jcc, soy Mariaje, Gracias por el comentario, me Alegra que te haya gustado la entrada. el Comentario anterior lo borré porque se me habia olvidado dejar mi nombre y parecia que también eras tú...Abrazos Amigo

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